DESDE LA PARROQUIA. Una victoria pírrica

DESDE LA PARROQUIA. Una victoria pírrica

Por Mar Morales

Si usted está enojado después de la jornada electoral del pasado 6 de junio, seguro sabe que no es el único.

Miles nos sentimos defraudados porque hemos visto — al menos los que como yo, que ya tenemos algunos años vividos — trampas, cochineros, fraudes, pero en esta se volaron la barda.

La elección jarocha fue sin duda la crónica de una transa anunciada que se fue gestando desde finales del año pasado en el seno del yunismo, empeñado a más no poder en no dejar el trono.

A Miguel, mejor conocido como el chiquiyunes, se lo dijeron desde la misma dirigencia panista, que no podría ser el candidato a la alcaldía del puerto porque no cumplía con el requisito del tiempo de residencia pero acostumbrado a hacer berrinches y quererse salir con la suya, se pasó por el arco del triunfo la ley y se lanzó, haciendo el ridículo de su vida, porque lo bajaron.

Al joven de la dinastía Yunes le mueve además de la ambición su evidente fobia hacia el gobernador Cuitláhuac, con quien perdió la carrera en el 2018.

No perdona, ni lo hará.

Si Cuitláhuac ha sido un buen gobernante o no, no es tema sobre la mesa. Puede gustarnos o no su desempeño, yo misma he señalado algunas de las que considero su fallas.

Pero obsesionarse en quitarlo o en denostar a su partido, ya es tema de un psiquiatra.

Miguel mintió, se encaprichó y cedió la candidatura a su esposa valiéndole, de nueva cuenta, echarse encima a un grupo importante del panismo que se sintieron burlados ante dicha imposición.

Y nos jodimos todos.

La señora Patricia está en su derecho, claro que sí, en pretender ser alcaldesa, pero no es por la fuerza, no es por la mentira, no es por la vía del fraude.

Y aquí estamos, a once días de las elecciones aventándonos la cacerola  y en medio de una impugnación que no tendría razón si Miguel no estuviera en plena pataleta.

Nos faltan 20 actas que se “perdieron”, tenemos 160 casillas con irregularidades, hay cerca de 5 mil votos a favor de Ricardo Exsome, candidato de la alianza MORENA, PT que están en el aire, y el tema es ya de tribunales.

Súmele a lo anterior el rebase de tope de campaña con la ya célebre marcha de Todos Somos Miguel, donde se obligó — hay pruebas de ello —  a los empleados a asistir, amenazándolos con el despido si no iban.

Y fíjese nada más.

El hambre de poder, la megalomanía, la imprudencia que tiene el chiquiyunes, lo llevó hasta a falsificar documentos bajo el amparo de su hermano, el actual alcalde, para acreditar un domicilio que no tiene. 

Esto es un delito y ya está en expedientes de la autoridad y el fracasado ex candidato debió comparecer para explicarlo.

Todo este basurero tenemos y seis partidos más se unieron para presentar la impugnación.

Si con todo esto usted sigue diciendo que ganó el PAN, si anda feliz en la calle celebrando y grita a todo pulmón “SÍ´se pudo” le recomiendo informarse, aprender a leer bien o de plano, disculpe la recomendación, inscribirse en la primaria abierta aprovechando la educación en línea que nos dejó la pandemia.

No, no es que no se sepa perder, es que hay que ser trompudo pero no cochino.

Nadie en su sano juicio se dejaría arrebatar una elección ante un escenario como lo estamos viendo.

La victoria que se pregona no es tal, es una victoria pírrica, ficticia, a la mala. Y eso no va a funcionar.

Cuando se desahoguen las pruebas, cuando la autoridad resuelva pueden llorar más de uno. 

Aún no está nada resuelto y al final puede que esos momentos de euforia y celebración pasen a la historia y el imperio de los Yunes se desmorone ante los ojos de todos.

Al tiempo.

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